Las leyes contienen cada vez más propaganda, lo que coincide con el deterioro de la separación de poderes y la creciente ignorancia del legislador
Mientras inauguramos instituciones de dudoso valor, destruimos en silencio las de probada eficacia
La independencia de los organismos regulatorios será una ilusión vana y costosa mientras no separemos los poderes del estado. No nos precipitemos a crear órganos reguladores que puedan convertirse en nuevas burocracias extractivas.