Ejercicio

El sueño es una de las necesidades biológicas que, aparentemente, deberían estar menos sujetas al continuo cambalache de más de A por menos de B. Sin embargo, no es así: los estudios empíricos muestran que el tiempo dedicado al sueño disminuye cuanto mayor es el valor de aquél. Las personas con mayores ingresos duermen menos horas. (También dedican menos tiempo a divertirse y tienden a ser menos fieles a sus cónyuges). Las estimaciones empíricas obtienen que la duración del sueño se reduce en un 1 por 100 por cada 20 por 100 de aumento salarial (Biddle y Hamermesh, 1989). Analice este resultado. En especial, ¿se contradice con el hecho que la población de los países más ricos tiende a dormir más que la de los países pobres? ¿Le son de alguna ayuda los conceptos de efecto renta y efecto sustitución?

Análisis

La conducta respecto al sueño viene dada por el coste de oportunidad y la mejor medida de éste son los ingresos personales. Además, parece que, a partir de cierto punto, el efecto sustitución queda más que compensado por el efecto renta, lo que explica que en los países ricos se tienda a dormir más que en los pobres. Por cierto, si tienen tan poco tiempo libre, ¿de dónde lo sacan para ser tan infieles? (Véase el ejercicio ref.xxxx). Quizá el trabajo físico exige más sueño que el intelectual, y, dentro de éste, el rutinario más sueño que el creativo.



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