Ejercicio

Un tercio de los accidentes aéreos consisten en la colisión con el suelo de un avión que se encuentra, por lo demás, en buenas condiciones (suceso conocido como CFIT, acrónimo de “controlled flight into terrain”). Las situaciones tipo CFIT originan un 53 por 100 de todas las muertes en accidente aéreo. La compañía Boeing calcula que la probabilidad de una CFIT es de una entre dos millones —lo que equivale a un accidente cada dos meses con el tráfico de 1994—, como consecuencia de que sucedan los hechos siguientes: el piloto está volando a una altura errónea, lo que ocurre con una probabilidad de 1 entre 1.000; el copiloto falla al avisarlo 1 de cada 100 veces; los controladores aéreos no detectan el problema 1 vez entre 100; y, por último, en la mitad de las ocasiones el piloto no responde correctamente al sistema automático de alerta, debido a la posibilidad de falsas alarmas, que era frecuente en los primeros modelos. ¿Cómo abordaría la solución del problema? Muchos accidentes resultan de no seguir el procedimiento, ¿cómo conseguiría mejorar su cumplimiento?

Análisis

Al abordar la solución del problema conviene prestar atención a la reducción de las probabilidades más altas, por ser posiblemente las más fáciles de reducir. Puesto que muchos accidentes resultan de no seguir el procedimiento, parece lógico que se busque mejorar el cumplimiento. Sin embargo, no se trata sólo de que el procedimiento estándar no se siga sino de por qué no se sigue. A menudo es lógico que así sea, como muestra la existencia de falsas alarmas. En otras palabras: al analizar el problema, no se puede dar por supuesta la optimidad del procedimiento.



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