El trasfondo darwiniano de las instituciones

La especie humana se ha especializado en producir conocimiento, ocupando así un verdadero “nicho cognitivo” que nos ha llevado a una peculiar aventura adaptativa. Por un lado, en contraste con el resto de especies, que solo evolucionan por selección natural y sexual, nuestra especialización cognitiva nos ha permitido dominar la naturaleza. Sin embargo, por otro lado, nuestra propia mente se ha quedado desfasada respecto a los nuevos entornos que hemos creado: somos así víctimas de nuestro propio éxito porque nuestros recursos mentales colisionan a menudo con el propio medio que nosotros mismos creamos. Existe, pues, una brecha adaptativa entre los requerimientos de un entorno novedoso en términos evolutivos, y una mente adaptada a un medio ancestral muy diferente al actual. Este trabajo analiza cómo diseñamos instituciones sociales y empresariales para salvar esta brecha adaptativa.