Negocios integrados
Arruñada, Benito (2005), “Negocios integrados”, El País, 18 de septiembre, 4.
Cuando se fusionan empresas que actúan como proveedoras y clientes en una parte central de sus procesos productivos decimos que se produce una «concentración vertical». Es la forma rápida de «integrarse» verticalmente, esto es, de organizar dentro de la empresa más fases del proceso productivo.
Alternativamente a la concentración, toda empresa puede integrar verticalmente nuevas actividades abriendo nuevas explotaciones; pero, sea cual sea la vía elegida, la conveniencia de integrar más o menos responde a un complejo equilibrio de costes y beneficios. Por un lado, las empresas independientes se benefician de economías de especialización: se centran en lo que saben hacer y compran en el mercado todo lo demás. Cuando este mercado es libre y competitivo, la competencia entre empresas desintegradas y especializadas garantiza la eficiencia.